Publicación: 30 de junio de 2005 - 6 de abril de 2006
Autor: Asano Inio
Género: Slice of life
Volúmenes: 2
Meiko lleva dos años en el típico trabajo de oficina que encontró nada más salir de la universidad. No es un mal trabajo, e incluso tiene un contrato fijo, pero es algo anodino. Los días pasan y no era así como imaginaba su vida. Su novio no está mucho mejor, con un contrato eventual y su grupo de música como distracción. ¿Realmente es así convertirse en un adulto?
TESTING GENERAL
Siempre he pensado que Asano Inio estaba encasillado en su propio género. En ese que él mismo ha creado y en el que se mueve como pez en el agua. Un género basado en transmitir desesperanza, decadencia. En el que cuenta historias del día a día en las que sus personajes, casi siempre adolescentes, se enfrentan a una realidad exagerada que les lleva al límite. Un género que me encanta. Por ello, alguna vez me había preguntado lo siguiente: ¿creo necesario que Asano me provea de algo diferente? Mi respuesta: en absoluto. Me había acostumbrado de maravilla a empezar una de sus series y esperar pacientemente mi ración de depresión ilustrada. Y entonces leí Solanin.
Solanin es, hasta la fecha, la obra más "normal" de Asano que ha pasado por mis manos. No hay personajes grotescos, ni comportamientos desconcertantes. Podría decirse que es la publicación menos Asano del propio Asano. En Solanin se aleja de su atmósfera de crueldad tan característica, y nos cuenta la historia de unos jóvenes adultos que no encuentran su lugar en el mundo desde la perspectiva más cotidiana. Igual que alguna vez podemos no encontrarlo tú, o yo, o cualquiera. Desde este planteamiento, nos presenta a un grupo de personajes tan humanos como lo somos nosotros mismos. Sin giros raros, sin oscuros pasados. Chicos y chicas que terminan la universidad y se encuentran con un lienzo en blanco que empezar a pintar, pero sin saber por dónde empezar. Un trabajo de identificación perfectamente elaborado y con el que, por primera vez desde que llevo leyendo los mangas de este autor, me he puesto en el lugar de sus protagonistas.
A mí me encanta el Asano turbio. El coger un tomo suyo y tener la seguridad de que durante el tiempo que esté leyéndolo voy a pasar un reconfortante mal rato es de las mejores cosas que hay. Por eso, con todas sus virtudes, Solanin me ha encandilado menos que sus otros trabajos. Pero como admirador suyo, agradezco leer este ejercicio de desmarque hacia un estilo en el que no suele moverse. Eso sí, no se trata ni mucho menos de un cambio radical en el mismo. Los personajes también pasan por algún momento difícil que los saca de su zona de confort, pero lo primordial es que el enfoque es totalmente distinto al acostumbrado. Aquí no hay tantos instantes de compadecencia. De hecho, hay bastantes gags humorísticos, e incluso hay rock and roll. Un cambio de tono que habla muy bien de la flexibilidad de Asano dentro de su propio arte.
TESTING CON SPOILERS
Podría decir que lo que más me ha gustado de Solanin es esa constante duda por parte de Meiko sobre cómo afrontar su vida de adulta. Y diría que me ha gustado tanto porque me he visto en esa situación, y quizás hasta siga estando en ella actualmente. Pero, ¿realmente hay alguien que no se haya sentido así en algún momento? No es que haya un paralelismo entre Meiko y yo, sino que es una perfecta representación de todos los jóvenes en algún momento de su proceso de madurez. No me puedo creer especial por sufrir lo mismo que ella, sino fascinarme ante la genial manera de transmitir ese sentimiento. Aunque quizás haya personas que se identifiquen mejor con el caso de Taneda, Katou, o Billy. No me han parecido paralelismos tan acertados como el de Meiko, pero supongo cada caso puede afectar más a unos individuos u otros.
Gracias a esa proyección de mí sobre Meiko fui avanzando en el manga atento a cada detalle. No se estaba contando nada especial, pero de alguna forma tampoco espero que en mi vida pase algo fuera de lo común. La relación entre los personajes era suficiente para mantenerme interesado. Me reía y esperaba que todo les fuera un poquito mejor. Realmente, ninguno de ellos estaba mal del todo. En ese progreso entre la normalidad llegó el incidente de Taneda. Asano, me la has jugado. Este manga no iba de esto. Y exactamente, no va de eso. La muerte de Taneda produce las reacciones humanas que pueden producir un evento así. De hecho, y puede que acostumbrado al tono habitual del autor, me parecieron incluso un poco suaves. Nada de horribles pensamientos autodestructivos, nada de depresiones infinitas. Hay que seguir viviendo.
El grupo, y Meiko en particular, se levantan y convierten ese revés en una nueva oportunidad de sentirse libres. Sus destinos van a seguir presentando mil y una incógnitas, y nunca sabrán si están eligiendo el camino correcto. Pero al menos, durante unos instantes, fueron dueños de su propio destino y no dejaron que Taneda se fuera en vano. En un epílogo publicado en 2017, once años después de la finalización del manga, podemos ver a Meiko con una nueva pareja y esperando un niño. Parece feliz, pero en una conversación con Ai, volvemos a escucharla dudar de su trabajo actual. Ambas cosas no están reñidas. Esa disonancia nos acompañará siempre, y simplemente tenemos que aprender a convivir con ella.
VALORACIÓN
Dibujo: 9. Su estilo le va como anillo al dedo a sus obras de corte realista, y esta no podría ser una excepción. Lo único reprochable quizás es su repetición en los diseños de personajes protagonistas.
Línea argumental: 8. La trama la van tejiendo los propios personajes con sus decisiones. Puro slice of life.
Personajes: 8. Tiernos cuando deben, graciosos cuando lo requieren. Bien construidos, destacando a Meiko en la identificación con el lector.
Duración: 9. Me habría gustado ver un poquito más del grupo tras su primera actuación, pero quizás no había nada que ver. Bravo por conseguir esa sensación en mi.
Nota para Ruff: 8.5.
Como me he quedado con ganas de mas, probablemente me vea la película live action que hay sobre el manga. No soy demasiado fan de este tipo de adaptaciones, pero al ser ésta una obra tan cercana a la realidad, creo que puede ser interesante de ver. Además, existe el aliciente de escuchar el tema Solanin, compuesto por Asian Kung-Fu Generation, en la actuación final de la banda. No hay duda de que la representación en viñetas es genial, pero me parece bonito asociarle un sonido a ese momento.
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