martes, 12 de mayo de 2020

Testing Anime 32 - Howl no Ugoku Shiro


Título alternativo: Howl's moving castle, El castillo ambulante
Estreno: 20 de noviembre de 2004
Director: Miyazaki Hayao
Estudio: Studio Ghibili
Género: Fantasía, romance, drama
Duración: 119 minutos

Todo el mundo había oído hablar del mago Howl y el rumor de que secuestraba a las jóvenes más guapas para comerse su corazón. Sophie no se valoraba mucho a sí misma y no le tenía miedo. Quizás por eso, tras ayudarla ahuyentando a unos acosadores, Howl se marchó de su lado sin reclamar botín alguno. Sin embargo, su encuentro no pasó desapercibido para la Bruja del Páramo, que celosa de Sophie, la maldice convirtiéndola en anciana obligándola a dejar su hogar. Desde ese momento, el viaje de Sophie no tiene otro destino que volver a encontrarse con Howl.


TESTING GENERAL

El cine de Miyazaki tiene algo mágico. Algo que hace que la mera observación de sus escenas sea reconfortante por sí misma. La animación es hipnótica, la música excelsa, y la dirección maneja tan bien los tiempos que a veces da igual lo que pase, que no es lo más importante. Precisamente ésta es la gran virtud de la película, y de la mayoría de la filmografía del viejo Hayao. El castillo ambulante es una experiencia que va mucho más allá de su guión. Pero, ¿hasta qué punto esa belleza puede llegar a compensar una trama irregular?

En más de una ocasión, un manga, anime o película ha conseguido conquistarme por su estética o diálogos y ha logrado que deje su argumento en un segundo plano. No es nada fácil lograr ese efecto, y sólo si está muy bien hecho, una obra puede funcionar con su guión cumpliendo una función complementaria. Por tanto, no me parece mal que Miyazaki se vuelque tanto en lo precioso de la ejecución por encima de lo que cuenta. Mi problema con El castillo ambulante es que la diferencia entre uno y otro aspecto me resulta mayúscula. El director es tan hábil que, pese a ello, el producto final sigue siendo de notable. Pero la sensación que me queda es la de una historia descuidada, que constantemente se apoya en lo audiovisual para intentar compensar un montón de problemas de guión que bajan la película de un podio que no tenía tan lejos.

El inicio y buena parte del nudo argumental son excelentes, pero poco a poco una atmósfera caótica va engullendo el desarrollo hasta llegar a un punto en el que cuesta mucho saber por qué actúan los personajes. De hecho, en varias ocasiones nos encontramos con sucesos que sólo pueden explicarse por lo bien que quedan en pantalla. Y lo hacen tan estupendamente que pueden llegar a engañarte, dejándote tan pasmado ante la escena que estás viendo que hasta se te olvida plantearte si tiene sentido. Ésto deja de funcionar llegando al final, cuando la concatenación de estas situaciones las hace acumularse y la sensación de haberte perdido en el cuento se hace palpable. La resolución termina siendo tan aleatoria que hace inútil cualquier intento de comprensión de todo lo anterior. Nunca encajó tan bien el chascarrillo "lo hizo un mago" como en esta ocasión.

Pero no nos quedemos aquí, vamos a destacar algunos puntos positivos. Ese castillo escalando las montañas rebosa carisma por todos sus redondos costados y es sin duda uno de los grandes aciertos de Miyazaki. Como también lo es Howl, como personaje y como icono. Pero si me tengo que quedar con un solo detalle del film, un servidor colma de aplausos a Calcifer. Genial en sus intervenciones, con una animación de sus llamas sorprendente incluso dieciséis años después y con una gracia en su movimiento difícil de explicar. Me encanta el momento del desayuno en el que se come las cáscaras de huevo. Por el contrario, Sophie me resulta algo decepcionante. La evolución que se intenta mostrar no me parece todo lo real que se quiere transmitir.


TESTING CON SPOILERS

En esos problemas de guión de los que he hablado no voy a meter las clásicas licencias de Miyazaki con la magia y el espíritu inocente de los personajes. No me molesta que la Bruja del Páramo maldiga a Sophie y en ningún momento se explique nada del hechizo. Vemos que Sophie rejuvenece en momentos puntuales, y que el hechizo se rompe con amor, o con confianza en sí misma, o algo así muy poco concreto. Pero insisto, me da igual. Como me da igual no saber por qué Howl se convierte en un monstruo pájaro por usar su magia. Ninguno de estos casos son relevantes para seguir la historia. No son desencadenantes de nada. Parte del encanto de estas películas es esa extraña sensación de caos que sobrevuela la pantalla, y que te hace aceptar algunos aspectos y dar tu propia explicación a otros. No quiero que se me exponga todo, mi queja no va por ese lado. Tampoco sabemos qué pinta Markl, el niño, en ese castillo. ¿No tiene familia? Repito, no importa. Pero no vale con todo.

Lo que sí me molesta es que la trama la muevan sucesos que hace falta conocer para entenderla y se pasen por encima. O que directamente no haya forma de darles sentido. La guerra que se desata me parece uno lo suficientemente importante como para que se profundice un poco más en ella. Se dice de forma vaga que es provocada por la desaparición de un príncipe, pero el mando militar parece más preocupado por atacar a Howl que en enfrentar a su enemigo, sea quien sea. De hecho, ¿por qué Howl sale del castillo a pelear? ¿Contra quién se supone que está enfrentándose después de decidir que no iba a participar en la guerra? Son los propios magos del reino los que le atacan, así que lo más responsable por su parte sería quedarse en su casa e ignorar el conflicto. Me parece tan absurdo este comportamiento que estoy seguro de que algo no he entendido, y de que probablemente no se haya explicado bien.

Sigo con otros momentos desconcertantes. ¿Por qué Howl se come la estrella fugaz para dar lugar a Calcifer? ¿Ya tenía la idea de su castillo itinerante desde niño o fue algo casual? La vuelta de Calcifer con el grupo porque se sentía solo unos minutos después de ser liberado se me antoja tremendamente infantil. Como tampoco le encuentro ninguna base a la insustancial aparición de la madre de Sophie para traicionarla y no volverse a mencionar más. Hay un momento hacia el final en el que Sophie saca a Calcifer del castillo y éste se desmorona. Un instante después, vuelve a entrar dentro con el demonio llama para montarlo de nuevo pero con menos piezas. No hay comentario alguno de por qué ha hecho eso. Mención especial tiene la tremenda estupidez que vemos al final, con el espantapájaros resultando ser el príncipe desaparecido, y que con toda la alegría dice que den la guerra por terminada. Lo peor de la película con diferencia.


VALORACIÓN

Animación: 10. ¿Hace falta que lo justifique?
Línea argumental: 6. Empieza bien hasta que se retuerce sobre sí misma.
Personajes: 7. Funcionan bien, aunque por culpa del guión no llegan nunca a despegar.
Duración: 9. No creo que sus problemas tengan que ver con el tiempo. Las dos horas aproximadas que dura me parecen excelentes para llevar a la pantalla lo que se está planteando.

Nota para Ruff: 7

Quien haya llegado hasta aquí quizás pensará que he sido demasiado duro con las críticas a la película. Puede que tenga razón, pero tengo que serlo si quiero sobreponerme a todo lo que hace bien. Si he sido mucho más parco con lo positivo es porque poco puedo yo añadir al virtuosismo de Miyazaki en todo lo relacionado con la animación, los diseños y la complicidad que se genera entre sus personajes. Y aun con toda la cera que le he dado al guión, tengo que rendirme ante lo que es en cualquier caso una buena obra audiovisual. No he encontrado el hueco para mencionar que se trata de una adaptación de la novela homónima de Diana Wynne Jones. Por lo que he podido leer, la adaptación por parte de Ghibli es bastante libre y las diferencias entre libro y película son notables. Quizás el problema del legendario director fue no basarse un poco más en el guión original. O, como es muy posible, el problema es mío y sólo mío. Dicho todo, no me ha impedido disfrutar del film. Y me quedo con eso.

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