Publicación: 4 de noviembre de 2015 hasta la actualidad
Autor: Ōba Tsugumi (historia), Obata Takeshi (dibujo)
Género: Drama, sobrenatural
Volúmenes: 4 en la publicación de esta entrada
Kakehashi Mirai ha perdido las ganas de vivir y decide poner fin a su desgraciada vida saltando al vacío desde un edificio. Cuando se supone que todo debe terminar, es salvado por un ángel de nombre Nasse que le ofrece una manera diferente de seguir viviendo. Mirai obtiene entonces una serie de poderes con los que cambiar radicalmente su destino y poder ser feliz, pero a su vez pasa a participar en un juego de supervivencia entre trece personas como él. El ganador obtendrá el mayor premio de todos los posibles: ser nombrado sucesor de Dios.
TESTING GENERAL
Se hicieron conocidos en todo el mundo con Death Note. Confirmaron su talento con Bakuman. Y, tras varios años de parón en su trabajo conjunto, el dúo maravilla del manga juvenil volvió a finales de 2015 con otra serie que empezó a vender sólo con el nombre de sus autores. El salto previo desde el suspense al slice of life pudo hacer pensar que su siguiente obra vendría de nuevo a través de otro género diferente, pero la pareja decidió volver a sus orígines mezclando lucha psicológica y fantasía. Después del amargo sabor que dejó a mucha gente el final de Death Note, podía ser la forma ideal de redimirse. Pero desgraciadamente, en esta ocasión no han dado con la tecla.
Platinum End se parece mucho a la serie de Yagami Light y L. Quizás hasta demasiado, lo que provoca una inevitable y constante comparativa con el manga de shinigamis. Un protagonista que se encuentra con un gran poder, aliados con habilidades similares y la capacidad de controlar a otras personas. Sin embargo, el gran atractivo de Death Note era ese enfrentamiento entre los personajes principales, cargados de carisma y con los que te posicionabas al poco tiempo de conocerlos. En Platinum End tenemos a un Kakehashi Mirai que no hay por dónde cogerlo. Es aburridísimo y evidentemente inferior a su rival, que no se queda atrás en lo que a ausencia de feeling con el lector se refiere. Los secundarios siguen la misma línea, sin uno solo que despierte cierto interés en su manera de actuar o personalidad. Si una obra así flaquea de tal manera en los personajes, poco jugo puede sacarse.
La trama y el desarrollo de los acontecimientos no están mal del todo. Pese a los problemas descritos, la historia avanza en la dirección correcta y resulta bastante entretenida. No ha habido momentos de máxima tensión, pero tampoco he llegado a aburrirme nunca. El problema es que los autores de esto son Ōba y Obata. Y, al menos yo, con este resultado no me quedo satisfecho. Mi nivel de exigencia es tal que hasta el alabado muchas veces por mí dibujo de Obata no logra satisfacerme en esta ocasión.
TESTING CON SPOILERS
Quiero pensar que el motivo del coñazo de personaje que es Mirai es jugar con las diferentes personalidades que un protagonista puede tener. Light era cruel y calculador, Mashiro alegre y constante en su trabajo, y ahora le toca el turno a un cobarde que se superará a sí mismo. Como idea no está mal, pero la ejecución ha tenido un resultado desastroso. No sé si como consecuencia de esta evidencia, o porque ya se tenía pensado previamente, el peso de la trama en el bando bondadoso pasó a ser llevado por Mukaido, con algo más de interés que la parejita. Como contraparte a Mirai, Metropoliman encarna los valores negativos típicos de un villano y pone demasiado fácil odiarle, lo que otorga muy poco atractivo al personaje pese a ese vano intento de humanizarle que es resucitar a su hermana. A su lado está Sokotani, el feo que ahora es guapo, con una trasfondo bastante ridículo y del que no vale la pena ni hacer comentarios.
Como he dicho, el desarrollo de la historia no es malo. El problema viene cuando se crean unos personajes tan vacíos que no logran darle interés a sus acciones. No he sentido en ningún momento nervios por saber cuándo va a morir Mukaido, por si Lepel conseguirá subir de nivel o por cómo se las va a arreglar Mirai para enfrenarse a Metropoliman. Ni siquiera me causa especial curiosidad quiénes son los candidatos a dios restantes. No es que me aburra leyendo, pero todo me causa cierta indiferencia que achaco sobre todo a mis expectativas previas hacia la serie. Una cosa sí. Y es que aunque antes haya comentado que el dibujo no me ilusionaba, tengo que mencionar la gran excepción del personaje de Mithrin, la erótica asesina lesbiana a las órdenes de Metropoliman. Mis diez ahí.
VALORACIÓN
Dibujo: 7. Quizás es por haberme acostumbrado a él, pero creo que Obata no logra brillar en esta obra como sí lo ha hecho en otras tantas.
Línea argumental: 6. En buena dinámica, aunque no llega a sorprender como seguramente se esperaba de ella.
Personajes: 4. No consiguen hacerte empatizar con ellos y se limitan a cumplir su papel. Para mí, el gran error del manga.
Duración: 8. Prácticamente acaba de empezar y le queda muchísimo que contar. Tenemos serie para años.
Nota para Ruff: 6.75.
Estoy convencido de que si leyera este manga sin saber quiénes son los autores, mi valoración sería totalmente diferente y probablemente más alta. ¿Está bien exigirles más a estos por lo hecho anteriormente o tendría que entender cada obra de manera individual? Cualquiera de las dos perspectivas me parecen correctas, pero aquí quiero contar todo como lo siento. Por otro lado, pocos son esos autores a los que puede exigírseles más porque sus anteriores trabajos son tan buenos. A veces ser privilegiado tiene consecuencias como esta.
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