martes, 18 de julio de 2017

Un año después... Magi: The Labyrinth of Magic (III)

 
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Me he pensado mucho si escribir esta entrada, ya que Magi tiene toda la pinta de estar en sus últimos compases y terminar dentro de no mucho tiempo. Pero me he decidido por hacerlo porque en esto del manga ya se sabe que los finales dependen mucho del éxito y Magi a día de hoy sigue teniendo tirón. Sus ventas están entre las mejores del panorama y por ello quizás su conclusión se haga de rogar. Por mi parte, espero que acabe lo antes posible. El último año de este manga que tanto me gustaba me ha parecido realmente horrible. Sigo sin haber leído Sinbad no Bouken y tras lo visto en esta etapa me estoy planteando seriamente siquiera empezar a leerlo. Qué pereza me dan las series que se pierden en sí mismas.

SPOILERS

Algo que me encantaba de Magi era la manera en la que unía esa parte shonen de poderes y batallas con un entorno de conquista y política. Los ejércitos y Contenedores Metálicos servían para medir las fuerzas de los países, pensar en alianzas y comprobar cómo los protagonistas hacían cambiar la sociedad en temas como el entendimiento de las clases sociales o incluso en asuntos raciales, como pasó en Magnostatd. Esos momentos ya han llegado a su fin este manga. Como pasa en muchas obras del estilo, la escala de poderes se le ha ido de las manos a la autora y el Palacio Espiritual es una entidad tan grande que ha eclipsado cualquier cosa que pueda pasarles a los simples ciudadanos.

En poquísimo tiempo hemos pasado de seguir a Alibaba en su cruzada comercial contra Simbad y la retirada de varios países de la Alianza Internacional, todo siguiendo un plan, a ver cómo los dioses luchan entre sí por ver quién va a gobernar un mundo teledirigido. No me gusta nada todo el asunto de Sinbad - David saliendo uno de dentro del otro y sin saber quién hace qué por qué. En esta línea, tampoco me gusta ese salto de lo terrenal hacia reescribir el rukh y convertir a todo el mundo en marionetas, ni todo el mamoneo de Sinbad entrando en el Palacio Espiritual y ganando a Ugo cuando parecía que no gracias a ese poder divino fuera de todo cálculo.

Realmente echo la vista atrás y no encuentro nada que me haya gustado en este último año. Siempre he sido muy de Morgiana y se ha fastidiado el personaje. La Mor guerrera y arisca se convirtió desde su reencuentro con Alibaba en una amante sumisa en la que nunca ese personaje debería haberse podido convertir. La declaración de matrimonio de Alibaba es random como ella sola y con ella se llevó todo el encanto de la chica fanalis. Aunque si os digo la verdad, para la ridícula irrupción en el Palacio Espiritual que hemos visto, mejor que se haya quedado en casa. Esos combates contra los djinn de Sinbad en los que se gana razonando son fácilmente lo peor que se ha visto en este manga. Peor incluso que coger a un random como el tal Julius y ponerlo a vigilar la puerta hasta allí porque sí. Porque así lo quiso la autora. Pues vale.

Supongo que a esto no le quedará más de un año, aunque como ya he dicho, nunca se sabe. Por el curso de los acontecimientos actuales no creo que veamos otra cosa que no sean poderes muy locos, dioses de arriba o de abajo (o de los lados), y explicaciones sobre mundos que poco me interesan dentro de esta tormenta de caos. Con lo bien que estábamos con nuestro Alma Toran y nuestra búsqueda de reyes por los Magi. Pero las cosas cambian, y no siempre para bien.

Magi: The Labyrinth of Magic en el último año

Desciende

Nota para Ruff: 8.25

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