Testing Manga 69 - The Promised Neverland - Mayo de 2017, 2018, 2019 y 2020
Publicación: 1 de agosto de 2016 - 15 de junio de 2020
Autor: Shirai Kaiu (historia), Demizu Posuka (dibujo)
Género: Distopia, misterio, ciencia ficción
Volúmenes: 20
Hace tres semanas dije que a Neverland le quedaban dos telediarios, lo que han resultado ser tres capítulos. La trama ya estaba resuelta y en ese momento hablé largo y tendido sobre los sucesos del último año. Para este final sólo quedaba pendiente un tema: el paradero de Emma. Un último y pequeño detalle que nos revelaría por fin cuál había sido su promesa, obviada de forma tan tramposa en los instantes anteriores.
Con el conocimiento de este hecho, The Promised Neverland llega a su conclusión. La serie tuvo un comienzo arrollador, rompiendo cualquier esquema que pudiera haber leído nunca en un manga, y más si tenemos en cuenta que era publicado en la Shonen Jump. La propuesta del escape en un territorio desconocido, los personajes tan bien perfilados, una villana como Isabella que estaba a su altura, el engatusador dibujo de Demizu Posuka... Estaba destinado a romper esa barrera que separa el manga del mundo real. Podía haber sido una especie de Death Note, conocido incluso por gente que no ha leído más de cuatro o cinco cómics en su vida. De hecho, todavía es posible que lo haga, pero no por su propio mérito. Amazon ha anunciado una adaptación televisiva de imagen real basada en la obra, y no me cabe duda de que explotarán el primer arco como se merece. Después del trabajazo que hicieron adaptando el cómic de The Boys, mejorando el material base de la obra original, tengo esperanza en que The Promised Neverland llegue al público general como merece la gran premisa que presenta. Pero hasta ahí llegamos. Tras la saga del escape, aunque hasta Goldy Pond aguanta bastante bien, se acabó todo aquello que brillaba.
Las expectativas muchas veces lo son todo, y aquí han marcado completamente mi opinión de la serie. Quiero dejar claro que no estamos ante un mal manga, como muestro al darle una nota de notable. Es una cuestión de sensaciones. El sabor final de Neverland es agrio, va empeorando con el tiempo y es lo que lo mata. Hay muchas obras que tienen una línea de más a menos, pero en este caso estamos hablando de unos primeros capítulos prácticamente perfectos, lo que aumenta aún más esa decepción durante su avance. Quizás nunca hubo base para mantener ese nivel y lo raro fue haberlo alcanzado en ese momento. O quizás sea cosa mía y viví con demasiada intensidad su inicio. Me obsesioné con que funcionara, quería ser testigo de la irrupción de esta historia en el mercado mainstream. Me obcequé con que Neverland tenía que ser perfecta, y nunca fue posible en un primer lugar. Puede que esté exagerando y su desarrollo y final no sean tan malos. Acepto ese punto de vista. Pero para mí, que para bien o para mal navego con tanta pasión en el mundillo del manga y el anime, no podría haber un destino peor para el barco de Emma, Norman y... ¿había otro más? Ah sí, ese chaval moreno que lleva diez volúmenes sin importarle a nadie.
SPOILERS
Se veía venir que Emma no estaba diciendo toda la verdad. Mi apuesta había sido la contraria, que todos iban a olvidarla a ella y así iba a "perder" a su familia. Sin embargo, es ella la que aparece sin recuerdos en una ejecución bastante torpe del guión. ¿Por qué lo de torpe? Porque si este era el caso, no hay ninguna razón por la que Emma no pudiera suavizar el impacto de este hecho en sus compañeros contándoles qué es lo que iba a pasar. El grupo de Norman y Ray se tira dos años buscando a Emma, que además se sitúa en una zona que por lo que sea dejan como última opción en la búsqueda, y sin números en el cuello. ¿No habría sido mucho más fácil para todos que Emma, antes de viajar al mundo humano, les dijera que iba a perder sus recuerdos y que se tranquilizasen porque ella iba a estar bien? ¿Acaso se pensaba que si no les decía nada, sus amigos no iban a intentar buscarla? Si esa era su idea, no ha debido estar muy atenta a su propio manga. Esto tiene una solución tan simple como que viéramos a Garabato diciéndole que no podía contar nada. Pero eso no pasó, así que esa información ocultada a sus amigos es una completa falta de inteligencia por parte de un personaje que precisamente se supone que destaca por lo contrario.
Dejando eso de lado, no entiendo por qué se vuelve a recurrir a la magia para forzar el encuentro entre Emma y Ray. ¿De verdad era necesario? Creo que ya hemos honrado a Yuugo, Isabella y Connie lo suficiente en los anteriores capítulos como para que tengan que salir sus espíritus de nuevo a decirle a un chaval que mire hacia atrás. Como tampoco me gusta que Emma tenga recuerdos borrosos de su pasado viendo esas sombras. Garabato, tenías un trabajo que era borrar su memoria, y ni eso has hecho bien. Que sí, que es para provocar esa reacción emocional de la chica en el reencuentro y cerrar con un final feliz, si ya lo sé. Pero el saber por qué lo hacen no significa que me parezca bien. Sobre todo por lo que vengo repitiendo desde el principio de mis opiniones sobre este manga, y es que nos dio a entender que era algo distinto. No tenía por qué acabar bien. Ni mal. El grupo de niños podría haber comprobado que Emma estaba a salvo, viviendo a gusto con el señor de barba que se parece a Norman en mayor, y volviendo por donde había venido sin atosigarla. Ellos felices porque están ya en el mundo humano y su amiga está bien, y ella feliz porque tiene una nueva vida y no tiene arrepentimientos del pasado. Por ejemplo. Creo que esta opción sería mucho más satisfactoria, aunque sólo fuera por ir más en la línea que la obra ha ido dibujando.
CONCLUSIÓN
No era broma lo que dije en la anterior entrada. Tenía comprados los diez primeros volúmenes, todos los que habían salido en España hasta hace unos meses, y unas semanas atrás se los vendí a otra persona. Pensé en completar el final de Goldy Pond y quedarme con la parte buena, ignorando los tomos posteriores como si ahí se acabara la serie. Pero sé que aunque me volviera a leer sólo esa parte del manga, me cabrearía pensando en lo que vino después y me hizo dejar de comprarlo. The Promised Neverland ha sido algo especial para mí, con el mérito que eso tiene habiendo aparecido en mi etapa adulta, con 26 años y habiendo leído ya un montón de cómics. Si hasta me disfracé de Norman en el Salón del Manga de Barcelona hace dos años, junto a mi novia y mi hermano, cuando aún no se había licenciado aquí. Quizás era mi última oportunidad de enamorarme de un manga nuevo, y ya con 30 años nada volverá a provocarme la misma sensación. Probablemente con ello esté cerrando una etapa. Mi último gran desengaño.
Nota para Ruff: 7.5
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