Publicación: Diciembre de 1984 - Junio de 1995
Autor: Toriyama Akira
Género: Comedia, batallas, aventura, fantasía
Volúmenes: 42
La joven Bulma viajaba por el mundo en busca de las Dragon Balls, las siete legendarias esferas que podían cumplir cualquier deseo si eras capaz de reunirlas. Gracias a su radar, encuentra la bola de cuatro estrellas. Pero ésta resulta estar en posesión de Son Goku, un niño medio salvaje con fuerza sobrehumana y cola que vivía solo en el bosque. Juntos emprenden el viaje para reunir todas las bolas, mientras vamos descubriendo que Goku no es ni mucho menos un niño normal, y de que él dependerá en varias ocasiones el destino del planeta.
TESTING GENERAL
Podría escribir varios párrafos destacando la importancia de Dragon Ball en la historia del manga y el anime, sobre cómo unió a una generación en torno a la televisión todas las mañanas para ver las aventuras de Goku, de cómo los mangas de batallas posteriores están plenamente infuenciados por su estilo, y del efecto que supuso en la exportación del manga fuera del mercado japonés. Pero todo esto seguramente la mayoría de vosotros ya lo sepáis. Así que me gustaría centrarme en el análisis de la obra en sí, siempre poniendo por delante todo el respeto y halagos que se merece la creación de Toriyama.
Para empezar, es curioso como en sus inicios se clasificaría casi más como un manga de aventuras humorísticas que como uno de batallas en sí mismo. Casi todos los personajes están creados para el posterior gag, incluso si luego dentro de la historia en sí tienen apenas importancia. Ejemplo claro de esto es Oolong, creado para hacer gracia y poco más. Pero según avanza el manga, poco a poco va perdiendo esa esencia humorística hasta centrarse en las puras batallas, punto que yo situo en la batalla contra Pikkoro Daimao, e incluso más acusado a partir de la distinción por parte del anime de Dragon Ball Z. En esta etapa Goku prácticamente ha perdido su vis cómica y se vuelve un personaje muy serio comparado con su época pasada.
El dibujo es bastante sencillo, muy a la par con el tipo de historia en sus inicios. No evoluciona mucho, cambiando muy poco pese al giro hacia las batallas que toma el manga. Pese a ello, el argumento no se complica en exceso. La trama no es demasiado ambiciosa, y aunque rellene huecos de información según van pasando las sagas, los personajes no tienen un objetivo en sí más allá de ir superando los escollos con los que se encuentran. Son habituales los saltos temporales en periodos de paz, en los que hasta pierden parte de sus habilidades de lucha por el tiempo de inactividad. Aún así vienen muy bien para introducir nuevos personajes y ver cómo van creciendo.
TESTING CON SPOILERS
Lo que más me gusta de Dragon Ball, por encima de todo lo demás, es su facilidad de lectura. Algo que es bastante curioso, ya que la mayoría de gente la conoce por su anime, y éste es precisamente todo lo contrario: largo, tedioso y lleno de relleno. Sin embargo, la versión en papel es agradablemente ágil. Sí es verdad que hay peleas que se alargan bastantes capítulos, pero suele ser por un exceso de golpes y técnicas, y no por largas charlas mientras cargan energía.
Y en el otro extremo, lo que menos me gusta, es la banalización de la muerte. Que un personaje la palme llega un momento en el que es totalmente irrelevante. Y ya no tanto porque lo resuciten con las Dragon Balls (que encima hay más de unas), sino porque una vez muertos, la gente anda a sus anchas. Incluso pueden entrenarse en el cielo y trasladar los resultados cuando vuelvan a vivir. O ni eso, los trae Uranai Baba con la aureola en la cabeza y ya está, hasta pueden fusionarse con vivos. O hablar telepáticamente con la gente de la Tierra sin problema niguno. Lo dicho, morir no supone ningún problema y creo que eso le quita algo de gracia a las batallas.
El tratamiento de los personajes tiene controversia para mí. No son demasiado complejos, siguiendo la dinámica de la historia, y funcionan bastante bien. Sin embargo, creo que cuando el enfoque cambia hacia las batallas, hay muchos personajes introducidos en la etapa inicial que Toriyama no sabe reconvertir. Algunos como Oolong o Puar no tienen mayor importancia y pueden hacer de mascotas sin problemas, pero por ejemplo lo que le hace a Yamcha es demencial. No pido tampoco que lo haga un guerrero invencible, pero hay un término medio entre hacerlo medianamente competitivo y ningunearlo como hace a partir de la segunda etapa de la serie. Por ejemplo, creo que Krilín en ese aspecto está llevado bastante bien y debería ser el referente para los demás. Ten Shin Han es otro que sufrió destino parecido. Y ya no hablemos del pobrecito Chaoz.
Claro que luego hay un grupo de elegidos que están tratados de genial manera: Goku, Vegeta, Pikkoro, Gohan, Trunks, y un poquito Goten al final, se llevan toda la gloria en cuanto a evolución de poder y relevancia. Tienen las mejores batallas y sin duda son el aliciente para el espectador. Siempre me ha hecho bastante gracia sus incrementos brutales de poder a partir de los entrenamientos, que pese a ser habituales y numerosos durante toda la historia, cada vez que se produce uno, todos los demás personajes que lo ven se quedan flipando, olvidando incluso que ellos mismos han experimentado algo así tiempo atrás. Cliché parecido a los "Todavía no estoy usando mi verdadero poder", tambien repetido innumerables veces en casi todo enfrentamiento. Freezer hasta usaba porcentajes.
Toda la historia está bastante bien, aunque me gustaría destacar dos momentos. El primero, la brutal saga del planeta Namekkusei con Freezer como enemigo. Me parece de lejos lo mejor del manga, con las persecuciones entre los protagonistas y los enemigos. Los primeros tenían ventaja sobre la localización de las Dragon Balls gracias al localizador y el poder ocultar su ki, y los segundos pudiendo detectar cualquier aumento de éste con el scouter. El juego de esconderse y perseguirse entre ellos me pareció muy bueno, así como todos los hechos que el planeta y Freezer desembocan. El segundo momento a mencionar, este de forma negativa, es la saga de Buu. Si bien es verdad que tiene buenos momentos como las fusiones o el protagonismo de Satan, se nota que está hecha de forma apresurada por acercarse al final, quedando un poco perjudicada.
A modo de curiosidad y en tono distendido, nunca me he creído la relación de Vegeta con Bulma. ¡Pero si ni la mira! Vegeta pasa de ella siempre que los hemos visto juntos, y sin embargo tienen un hijo. No le veo yo a Vegeta entregándose a nadie si no gana nada a cambio. Seguro que Bulma le chantajeó o algo. Muy de conveniencia ese matrimonio.
VALORACIÓN
Dibujo: 7. Toriyama tiene un dibujo agradable, en el que combina un montón de razas y especies, que sin ser su punto fuerte ni mucho menos, se adapta bien a la esencia de la serie.
Línea argumental: 6. A partir de cierto momento no tiene argumento como tal, viviendo de apariciones de enemigos sin mucha relación con el núcleo.
Personajes: 8. No tienen mucho trasfondo realmente, pero logran crear vínculos con el lector, especialmente Goku y Vegeta.
Duración: 8. Se nota en la última saga la obligación de continuarla. La serie quizás es más larga de lo que debía ser, pero solucionada bastante bien.
Nota para Ruff: 8.
A día de hoy es muy fácil encontrarle defectos a Dragon Ball. Los shonen populares de ahora están mucho más trabajados como consecuencia de un público más exigente. A los ojos de un lector habituado a estos, lo normal es que quede peor en la comparación. Lo que hay que apuntar es que fue precisamente por el enorme impacto de Dragon Ball que los shonen tuvieron que evolucionar. Fue por el éxito de Dragon Ball que los autores empezaron a coger lo mejor de este manga y crear a partir de ello. Tomemos Dragon Ball como una antigua versión de las obras de batallas que leemos ahora, y entenderemos por qué, con esos defectos, sigue siendo una genial serie.