lunes, 16 de marzo de 2020

Un año después... Kimetsu no Yaiba (III)


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Llegó el mes de abril y Kimetsu no Yaiba explotó. Aquí ya me habíais leído poner el manga por las nubes, pero este pico de popularidad ha superado por mucho mis expectativas. Ufotable ha hecho magia y ha convertido un contenido de notable en uno de los mejores animes de la década. A nivel de animación me atrevería a decir que es el mejor que he visto. Ufotable ha conseguido el enorme logro de mejorar cada uno de los momentos de impacto de la obra original, incluso los que en viñetas no eran nada del otro mundo. Se me pone la piel de gallina sólo recordando el combate de Zenitsu contra el tipo con cuerpo de araña. Pero, sobre todo, ese momento de apenas un par de minutos de duración en el que Tanjirou corta la cabeza de Rui con la ayuda de la sangre en llamas de Nezuko. Esa animación, esa canción que suena a la vez, ese juego de luces... En el manga no me pareció algo destacable y ahora probablemente sea la mejor escena de anime que se me pasa por la cabeza cuando pienso en ello. Espectacular.

La adaptación llevó al reconocimiento total del manga, lo que provocó que sus ventas aumentaran como pocas veces se ha visto en la historia, hasta el punto de superar a One Piece en ventas físicas en 2019. Ese ranking había estado encabezado por Luffy y compañía en cada uno de los años desde 2006, en pleno apogeo de Death Note. Cierto es que este fenómeno está desencadenado por su anime, del que ya hay anunciada una continuación en forma de película (para mí un error, aunque la animación puede ser un escándalo), pero hay que señalar que el manga está completamente a la altura de lo generado. En su teórica saga final, los combates y el desarrollo de los personajes están llevados de manera fiel a lo que se ha ido exponiendo, y es que se hace tan bien que no necesita más. Como siempre, me gusta sacarle algún que otro fallo a las series, pero los que aquí tenemos son tan nimios dentro del gran contexto global que se ha creado, que casi los menciono sólo como anécdota. Si de verdad se acaba dentro de poco, creo que tiene los mimbres para hacerlo de forma adecuada. Si es así, podría decirse honestamente que estamos ante uno de los mejores shonen de la historia. Crucemos los dedos.

SPOILERS

Pero qué bien lleva Gotouge los enfrentamientos. Ver los intercambios de golpes, aunque sepas que la mayoría no tienen mayor efecto, es una completa delicia. Por eso, cada uno de los combates que hemos podido leer en este último año vale la pena por sí solo, por muchos ataques de relleno que puedan hacer los personajes. El primero que hemos podido leer en este tiempo es el Giyuu-Tanjirou contra Akaza, con un final precioso en el que pudimos comprobar que Akaza no era tan malo. Me gusta mucho el estilo de pelea de este demonio. Es verdad que se pasa un poquito de fuerte cuando sigue en pie sin cabeza, pero qué más da. Tanjirou utiliza por primera vez la visión del mundo transparente y los ataques sin espíritu de pelea, mientras que Giyuu quizás podía hacer algo más que servir de apoyo a un chico que casi puede considerarse un novato. Teniendo en cuenta que luego ya van a aparecer enemigos malvados de verdad, no molesta tanto que Akaza no fuera vencido realmente.

Seguimos con Kanao e Inosuke, con colaboración post mortem de Shinobu, contra Douma. Este sí es malo de verdad y muere como la sabandija que es. Soy un fan boy de Inosuke, así que disfruté enormemente con su desempeño y su lanzamiento de espadas final para empujar la hoja de Kanao en la decapitación del enemigo. En medio tenemos el flashback de la madre de Inosuke, que justifica una conexión del niño jabalí con Shinobu que creo que quizás debió cultivarse más en las anteriores sagas para que de verdad sea significativa ahora. Tampoco me gustó el uso de clones de Douma, aunque termina funcionando bien al servir como excusa para que el tiempo pase y el veneno dentro del demonio surta efecto. El emotivo final de los dos cazadores de demonios llorando a pesar de la victoria es precioso.

Mientras Kanroji e Iguro pierden el tiempo de manera muy conveniente contra la cuarta luna que toca la biwa, empieza la maravilla que es el combate contra Kokushibou, la primera luna. A lo largo del enfrentamiento conocemos su origen y relación con Yoriichi, el creador de los alientos y primer usuario del Aliento Solar, conocido también como Danza del Dios del Fuego. Más tarde, en una visión del pasado de Tanjirou, descubrimos también la relación de su familia con este hombre, dando sentido a sus pendientes y a por qué su padre sabía usar el aliento primigenio. Pero volvamos a los espadazos. Cuatro cazadores de demonios, tres pilares entre ellos, que a lo largo de una amplia batalla en la que vemos marcas faciales, fusiones con demonios, cortes de extremidades y un par de impactantes muertes, consiguen deshacerse de Kokushibou con los sacrificios que de un encuentro así podían esperarse. Otro final trágico, con Sanemi viendo morir a su hermano.

Y vamos con lo gordo. Muzan. Le pongo un pequeñísimo pero, y es que si bien su nuevo diseño está genial, su modo de combate me parece un poco facilón. Al atacar con esos látigos, su posición en la mayoría de viñetas es demasiado estática. El aluvión de ataques que se lleva durante la gran serie de capítulos que recoge el combate, aún por terminar, hace que este problema pase algo desapercibido, cierto es, pero me habría gustado ver a un Muzan más flexible en sus movimientos mientras los evita. Aquí entra en juego el tiempo que queda hasta el amanecer, convirtiendo el escenario en una batalla de desgaste. Todos los cazadores de demonios activos en ese instante tienen su momento de darle caña al enemigo, siendo derrotados y levantándose de nuevo a lo largo del enfrentamiento. Muzan va perdiendo fuerza durante ese tiempo y la sensación de pequeña victoria cuando decide huir o explotar sin éxito es realmente reconfortante. Es aquí cuando conocemos un poco más de Iguro, el pilar que había pasado más desapercibido hasta ahora, aportando lo suficiente para justificar su presencia en la serie. Tanjirou, que siendo justos, no tendría que tener ya ni la energia suficiente para mover los párpados, ataca sin parar mientras recibe el apoyo de todos los aliados que le han acompañado en esta aventura. El amanecer está a punto de producirse, y a la vez que ello, Nezuko se va acercando al lugar de los hechos mientras paulatinamente vuelve a su condición de humana. Me estoy emocionando mucho al escribir esto. Necesito seguir leyendo.

¿Puedo añadir algo más para darle aún mayor valor a este manga? Yo creo que sí: sale un gato endemoniado que se llama Chachamaru. Todo un acierto.

Kimetsu no Yaiba en el último año

Mejora

Nota para Ruff: 8

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