Estreno: 16 de abril de 1988
Director: Miyazaki Hayao
Estudio: Studio Ghibli
Género: Infantil, costumbrista, fantástico
Duración: 86 minutos
Tatsuki y Mei, junto con su padre, acaban de mudarse a su nueva casa en el campo. Su madre está ingresada en un hospital cercano y de esta manera pueden estar más cerca de ella. Las dos niñas comienzan así su descubrimiento de la naturaleza, pero ésta esconde muchos más secretos que los que ambas esperan. Totoro, el espíritu del bosque, entablará una gran amistad con ellas y les enseñará la magia que allí se mantiene oculta a aquellos sin la inocencia suficiente.
TESTING GENERAL
Mi vecino Totoro es una película que no hay que ver con la razón. Su argumento, si es que podemos decir que lo tiene, es ligerísimo y con la única función de guiarnos hacia el encantador despliegue de animación, personajes y música que Miyazaki pone a nuestra disposición. Ni siquiera creo que se pueda hacer spoiler alguno al hablar de ella. La película y sus elementos te invitan a dejar de lado cualquier intención que puedas tener de entenderla para centrarte únicamente en sentirla. Un espectáculo visual total.
A partir de todo esto, al espectador le toca jugar. Yo, lamentablemente, no entro en el juego todo lo que me gustaría. Soy capaz de reconocerle a Totoro su esfuerzo y diría que todas sus virtudes, pero aún así no logra enamorarme como se supone que debe hacerlo. Me parece una película infantil, y que no se entienda esto de manera equivocada. Es una fantástica película infantil que ojalá hubiera descubierto con ocho años. Estoy segurísimo de que hoy la vería de otra manera. Pero para mi desgracia, vi Totoro por primera vez ya muy entrado en la adultez. No soy capaz de ponerme las gafas de niño y no puedo evitar buscar en ella aspectos que no le corresponden, sobre todo en relación al desarrollo argumental. El film, hablando de forma tosca, no va de nada. Y para que algo me cautive sin ir de nada tiene que ser una tremenda maravilla en, por ejemplo, los diálogos o el humor. Pero claro, Mi vecino Totoro no va de eso, pero es que tampoco lo necesita.
Aunque no logre conectar con la película, eso no me impide disfrutar de manera moderada de sus principales puntos de interés. La animación, como no podía ser de otra manera tratándose de Studio Ghibli, es una delicia. Es capaz de hablar por sí misma a través de sus diseños, su fluidez y sus colores. El propio Totoro no es por nada un icono e imagen inseparable de la compañía. Tengo que decir, eso sí, que si tengo que elegir un personaje de la cinta me quedo indudablemente con el gatobús. Me encanta.
TESTING CON SPOILERS
Ni contándole la película entera le vas a fastidiar a un futuro espectador ni un ápice de todo lo bueno que tiene. De hecho, hasta me he planteado eliminar este apartado del testing porque no tengo nada que decir. Las niñas son adorables, Totoro y los minitotoros también, los padres y el resto de vecinos por supuesto, y el gatobús ya ni os digo. Pese a mí opinión general no tan positiva, no puedo decir otra cosa que admitir que han hecho verdadera magia.
VALORACIÓN
Animación: 10. Si a día de hoy ya es bonita, no me quiero imaginar cómo se recibiría en el 88.
Línea argumental: 4. Es la excusa para enseñarnos todo lo que se despliega a lo largo del film.
Personajes: 8. Las dos hermanas funcionan de maravilla como cristal de inocencia a través del cual contemplar su vida y la que van descubriendo.
Duración: 6. Al final, construir sobre una base tan endeble es complicado, y en mi opinión es algo que se nota según avanza la cinta.
Nota para Ruff: 6
Quizás parece en las líneas que acabo de escribir que de alguna forma ataco a Totoro por no llegar a gustarme todo lo quisiera. Sin embargo, es al revés. Lo que de verdad me molesta es no poder estar a la altura de las mentes a las que va dirigida. Mentes de personas con mirada limpia, que disfrutan con la sencillez de algo bien hecho y con dosis enormes de cariño. Esta película es para ellos.