Publicación: 18 de marzo de 2013 - 1 de octubre de 2014
Autor: Ito Junji
Género: Terror, instituto
Volúmenes: 1
La pareja de hermanos formada por Yuuma y Chizumi no es para nada normal. Yuuma es tímido y débil, siempre con una disculpa en la boca tras cada acción que realiza, y Chizumi tiene una pinta algo siniestra para una niña de su edad. Puede pensarse que simplemente son gente extraña, pero parece que detrás de las acciones aparentemente inocentes de Yuuma y la risa diabólica de Chizumi se esconde algo mucho más oscuro...
TESTING GENERAL
No es la primera vez que escribo sobre una obra de Ito Junji en el blog. Tras haber leído varias de ellas, entre las que se encuentra Tomie, conseguí hacerme una idea del estilo de este autor. Sus mangas mantienen un tono antiguo, con una narración muy de los 80-90 y con una discordancia, para mí, entre lo que cuenta y el cómo lo cuenta. Esto último lo noto sobre todo en obras de corte más serio, en las que no logro meterme del todo en el escenario de terror que se supone que busca Ito. Curiosamente, no me suena haber leído a otras personas compartir esta opinión conmigo, y sí a mucha gente alabarle como uno de los mejores escritores de manga de terror. Supongo que, por lo que sea, no conecta conmigo. Tampoco creo que sea mal autor, ni mucho menos, pero no acabo de cogerle el punto.
En esta ocasión no estamos ante una obra de terror, o al menos, del convencional. En su lectura, he entendido Aula Demoníaca como un manga de humor dentro de la atmósfera de Ito, pero no estoy seguro de que él lo planteara de la misma manera. Me gustaría pensar que sí. La disonancia que encuentro en sus obras entre lo que cuenta y el cómo lo cuenta es un handicap para mi manera de entenderlas, pero en Aula Demoníaca este contraste funciona a favor del humor. No es un manga gag, ni te va a sacar una carcajada, eso sí. Se trata más bien de un humor dentro de lo grotesco, de lo disparatada que es ya inicialmente la premisa del tomo y de lo que se desarrolla a partir de ella. Ese gusto por lo ridículo, por lo exagerado y fuera de contexto que parece casi todo lo que pasa en él. Las acciones de Yuuma y Chizumi no tienen sentido, y esto va de ver a dónde nos lleva ese caos.
La historia se estructura en pequeños relatos individuales a su vez conectados entre sí. No forman exactamente una trama, pero tienen cierta continuidad que aporta un valor extra a los básicos capítulos autoconclusivos. A través de esta fórmula, Ito consigue construir un pequeño mundo absurdo que nos mantendrá, como poco, entretenidos durante un rato.
TESTING CON SPOILERS
A lo largo de los cinco capítulos que componen la serie, asistimos a la repetición de una misma situación ubicada dentro de diferentes contextos. La estructura es siempre la misma: Yuuma se disculpa, la gente poco a poco se derrite y Chizumi se ríe de todo y chuperretea sesitos. Aun así, pequeños cambios en cada historia sirven para hacerlas lo suficientemente distintas como para no llegar a cansar del todo, aunque llegando a la última etapa ya empiezan a pesar un poco. Me da un poco de pena que la conclusión del manga no fuera más ambiciosa y se cerrara de una manera algo más compleja, mostrándonos qué pasa finalmente con los dos hermanos. Pero pensándolo bien, quizás eso no habría pegado con el tono que Ito le había querido dar a Aula Demoníaca.
VALORACIÓN
Dibujo: 7. Aunque particularmente el arte de Ito no me conquista, tengo que decir que en este manga consigue un buen equilibrio entre lo grotesco y lo humorístico.
Línea argumental: 5. Justita para el tipo de manga que se quiere crear. Quizás podría haberse tomado a sí misma un poco más en serio con una trama más compacta.
Personajes: 6. Son instrumentos para crear las situaciones, sin ningún tipo de profundidad que, por otro lado, no necesitan. Tienen cierto encanto, la verdad.
Duración: 7. La necesaria para su idea de ser un único volumen. Podría haber estado bien prolongarlo un poco más y darle un final menos abierto.
Nota para Ruff: 5.5.
Ito Junji se saca en esta ocasión una sucesión de relatos exagerados, incluso dentro de su monstruoso mundo, que nos muestran que incluso él mismo sabe no tomarse en serio esto de dar miedo. Probablemente no será de sus obras más recordadas, pero tampoco pretende serlo. De hecho me lo imagino echándose unas risas mientras dibujaba a Chizumi metiéndose para adentro una botella de ricos sesitos.
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