lunes, 2 de enero de 2017

Un año después... One Piece (IV)


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Un año después... One Piece - 2 de enero de 2014

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Un año después... One Piece (III) - 2 de enero de 2016

Cada año nuevo tiene un significado especial para este blog, ya que nació un 1 de enero allá por 2013, y además porque significa hablar de One Piece, la serie que me hizo meterme en este mundillo de manga y anime. En esta ocasión no ha habido grandes sucesos que desencadenaran mi enfado como los hubo en Dressrosa, y mi opinión hacia lo acontecido es bastante positiva. Siempre hay algún detalle que me gusta menos, pero asumo que es algo que me pasará progresivamente según pasen los años. El manga lleva ya mucho tiempo publicándose, yo mucho tiempo también leyéndolo, y encima está el asunto ese de que me hago mayor. Me empiezan a molestar cosas que antes pasaba de largo, y han dejado de sorprenderme recursos que antes sí lo hacían. Pero, con todo ello, sigo disfrutando de One Piece y todo su universo. Más moderadamente, pero siempre con ganas.

SPOILERS

Como cada año en este manga, las revelaciones no han sido pocas y parte del entramado tejido por Oda se ve ahora de una forma más clara... aunque también surgen nuevas dudas. Quizás una de las más importantes haya sido el descubrimiento de la identidad de Sanji, bastante bien augurado por los fans. Resulta ser miembro de la familia líder de un país y de ahí su inmunidad política. Además, también sabemos que fue expuesto a modificaciones genéticas junto a sus hermanos. Pese a ser el único que no presentara resultados y de ahí su abandono, no sería raro que estuviera reprimiendo sus habilidades inconscientemente al no encajar con los ideales de su familia. No sería de extrañar un power up por esta parte.

Otra gran información desvelada es la existencia de los Road Poneglyph y su importancia para llegar a Raftel. Información un tanto tramposa, también hay que decirlo, ya que no había indicios de que algo así pudiera existir y su repentina existencia añade paradas extra a los mugiwara que hasta hace poco no eran necesarias. A ver quién y dónde tiene el cuarto de ellos.

Y como tercero y último elemento sorpresa estuvo la relación entre los samurais y los minks, con el clan Kozuki como eje. Relacionado también con los Poneglyph, se pone así un gran peso sobre la llegada de la tripulación a Wano. Realmente no me esperaba para nada que los minks estuvieran escondiendo a Raizo (nin nin) y fingiendo lo contrario. Pasan los años pero Oda todavía logra dejarme loco de vez en cuando. Se confirma también la verdadera importancia de Momonosuke no sólo por ser el nuevo shogun, sino por su habilidad escuchando y viendo a través de Zunisha, la cual Luffy también presenta.

Ya en la saga de la fiesta del té hemos podido ver el ambiente de todo lo montado alrededor de Big Mom. Si bien ese aura a lo Alicia en el País de las Maravillas me gusta, veo muy exageradas algunas cosas. Para empezar, el propio poder de Linlin me parece muy abstracto. No es de extrañar que sea muy fuerte, ya que se trata de una yonkou, pero no soy muy fan de estas habilidades tan rebuscadas y alejadas de lo natural. Por esta razón tampoco me gustan Brulee y Cracker. La primera, por la misma razón de Big Mom al ver su poder tan conveniente. El segundo, por considerar una estupidez que alguien pueda crear galletas. Esa fruta pasa la línea de lo permisible para mí. Y más aún lo de Luffy comiéndoselas. Haré como que eso no ha ocurrido.

Siguiendo con el tema frutas, creo que la de Capone Bege también está sobredimensionada. En esta serie se ha demostrado en incontables ocasiones que tener un ejército de gente aleatoria no sirve para nada, y que cualquier personaje con nombre se puede pulir a miles de soldados rasos. Pues bien, aquí está el mafioso haciendo de atesorar randoms una gran ventaja. Me parece absurdo que consiga reducir tan fácilmente a Sanji y compañía en Zou. Pensaré que el tal Vito de las manos grandes es un tío fuerte para que me cuadre todo.

Y ya para ir cerrando, que parece que me he acostumbrado a extenderme cuando hablo de One Piece, comentar algunos otros aspectos interesantes de este último año. Jack efectivamente no estaba muerto, sino de parranda, ya que pese a ser un usuario no muere ahogado al tratarse de un gyojin. Caesar está bien jodido por haber trabajado a la vez para Kaido y Big Mom, y ya sabemos el por qué de sus experimentos con el gigantismo. El Germa, hasta hace poco inexistente (cómo le gusta esto a Oda), tiene la capacidad de crear soldados poderosos y sin voluntad. A ver cómo avanza su situación enfrentándose con Big Mom cuando se desvele la mutua traición, y si Reiju es amiga o enemiga. La que sí que es enemiga y de las malas es Pudding, que además tiene tres ojos como buena muestra del Arca de Noé que es la familia Charlotte. Familia que seguro que estará ocupada con el Germa y con Luffy, cuando a Linlin le explote el Tametabako en la cara.

Lo que quedan ahora son ganas de ver cómo irá el Reverie, de cómo morirá Jimbe ahora que ha vuelto a aparecer y sin taras visibles, y de cómo se quitará las esposas Sanji. Seguramente Reiju tenga la llave, pero no he podido evitar pensar en lo absurdo que sería el problema si estuviera por ahí Law. Cortar, retirar, pegar, y al lío. Y no me quiero despedir sin hacer mención a lo mejorcito de este 2016, que son los nombres de Bropper y Pekomamushi.

One Piece en el último año

Se mantiene

Nota para Ruff: 9.75 

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