Publicación: 17 de febrero de 2005 - 22 de enero de 2015
Autor: Kaitani Shinobu
Género: Juegos de ingenio, estrategia, apuestas
Volúmenes: 19
Kanzaki Nao recibe en su casa un regalo que no esperaba: un maletín con 100 millones de yenes. Junto a él, una tarjeta de una extraña compañía la invitaba a jugar al Liar Game, el juego de apuestas, mentiras y engaños que puede convertirte en millonario. Pero aceptar también significa afrontar la deuda si pierdes el dinero, y es que la primera prueba no es otra que enfrentarse a otra persona para intentar robarse su tesoro el uno al otro. Nao es demasiado confiada y cae en un engaño de su rival, por lo que decide pedir ayuda a Akiyama Sinichi, un famoso estafador que encaja como un guante en una disputa como esta.
TESTING GENERAL
Liar Game tiene un objetivo muy claro: mostrar batallas de ingenio. A través de juegos de apuestas enfrenta a los personajes a situaciones límite que les obliga a jugar con la interpretación de las reglas, los engaños e incluso la suerte para resultar beneficiados. El autor centra todos sus esfuerzos en crear los mejores enfrentamientos a través de ello y deja de lado todo lo demás. No profundiza en los personajes, no enriquece la trama central y ni siquiera se esfuerza en plasmar un buen dibujo. Trabaja con lo mínimo en estos aspectos, generando lo necesario para que su idea funcione y pueda recrearse en los juegos y su desarrollo. Una premisa con la que no puedo estar más contento.
Me gustan mucho los mangas que trabajan el ingenio de los personajes, que logran impresionarte con las ocurrencias y planes calculados al milímetro. Es la gran baza de Death Note, de varios momentos de Hunter x Hunter, o de los inicios de The Promised Neverland. Incluso de Ajin. Gente lista enfrentándose a través de sus estrategias. Liar Game lo lleva al límite, como también se hace en los mangas Kaiji o Akagi, de Fukumoto Nobuyuki, o en One Outs, también de Kaitani. Un género en sí mismo que destaca por una gran cantidad de texto, poca acción y, no sé si es casualidad o no, por un arte poco destacable. Tomando Kaiji como referente, hay una gran diferencia entre ellos. En Kaiji el ingenio es utilizado casi siempre para hacer trampas sin que tus rivales se den cuenta, mientras que en Liar Game se juega de manera legal, engañando a los demás dentro de las reglas. Por esa razón, aunque Kaiji sea una gran obra, me quedo con Liar Game. Creo que tiene más mérito ceñirte a las normas que buscar siempre la trampa. Y también me parece más divertido.
Alguien puede pensar que se puede ser más ambicioso con la concepción de un manga así. Que crear los juegos y diseñar estrategias está genial, pero que sería aún mejor si se ampliaran los otros aspectos de la historia. Podrías conocer un poco más a los protagonistas, saber cómo es su vida fuera de las pruebas, y regodearte en un dibujo más elaborado. Por mi parte, me opongo radicalmente a ello. Los juegos que presenta Kaitani son de una complejidad tan alta que no me imagino que pueda prepararlos si tiene que estar pendiente de esos aspectos. De hecho, la serie ha estado marcada por los parones entre sagas para dar tiempo al autor a pensar bien lo que viene después. Es cierto que en algunos juegos he detectado algún que otro fallo o punto que no me convencía, pero por cada uno de ellos me he quedado alucinado veinte veces con lo magníficamente que responden a cada una de mis dudas. Casi siempre que se me ocurría pensar en un movimiento para resolverlo, ya estaba ahí un personaje que lo probaba o lo sugería. Si alguna norma me parecía una tontería, no tardaba en demostrarse por qué era importante. Me da igual que entre juego y juego no sepamos nada de los protagonistas. No he venido aquí a eso.
TESTING CON SPOILERS
Liar Game empieza flojo. La primera prueba en la que dos personas con cien millones tienen que robárselos la una a la otra deja mucho que desear en cuanto a diseño de la misma y narrativa. La presentación de Kanzaki y Akiyama es muy básica, así como el desarrollo del juego. La resolución engañando al rival con el horario no está mal, pero en general no es más que un esbozo de lo que queda por venir. Nada más acabar ya nos encontramos con la prueba de la minoría, donde empieza a relucir la verdadera intención del manga en cuanto a los engaños. La serie despega del todo en el juego del contrabando, en mi opinión el más complicada de seguir y comprender bien del todo, pero que marca la dirección de la obra al reutilizar a partir de ese momento a muchos de sus personajes. Y, por supuesto, por la irrupción de Yokoya, tan importante en cada saga como lo es el dúo protagonista.
Me encantó el juego de la pandemia (qué oportuno), con la jugada maestra en la que Akiyama y Nao provocan que las cuatro salas donde se podía comprobar tu propio estado se quedaran ocupadas para forzar a Yokoya a colaborar. También el juego de las sillas, tan alejado de la versión popular para centrar su atención en el reparto de las monedas del ganador. La conclusión dejando ganar a uno de los secuaces de Yokoya que ni siquiera tenía monedas propias me dejó maravillado. Ahí es donde reside una de las claves de la obra, dándole a ganar y perder una dimensión diferente y creando así tantas opciones dentro de las pruebas. En varias ocasiones asistimos a luchas por ser el perdedor, aunque llegando a esa situación con los bolsillos llenos. De la misma manera, que Kanzaki quiera ayudar a todo el mundo colabora en materializar resultados atípicos. Es cierto que el ideal del personaje es un poco ingenuo, pero es una excusa estupenda para darle más vueltas aún a los juegos y que no sea suficiente con que ella y Akiyama venzan. En la última prueba me provocó una emoción enorme que Yokoya los separara y los forzara a enfrentarse, aunque quizás a la postre resultara siendo el juego más decepcionante por lo abrupto de su final. Pero, ¿qué manga no termina así? Últimamente me da por pensar que ninguno. Este mundillo no destaca por darle buen fin a sus obras.
Hay muy pocas cosas que no me han gustado de Liar Game. Y son sobre todo ideas que se me ocurrían en los juegos, que yo habría puesto en práctica, y no vi a nadie hacerlo. Os voy a decir dos. En el juego de las sillas, no entendí por qué ninguno de los extras sigue a los jugadores en activo para ver dónde esconden las sillas para luego vender esa información. Ni siquiera tienen que esconderse, ya que los jugadores que van a por sus sillas están obligados a ir hacia ellas si no quieren perder. Ser extra tenía una ventaja tremenda en ese sentido para conseguir dinero a base de chantajes, pero no se abordó ese plan. No descarto que se me pase algo por alto y por eso no lo hicieran, pero por más vueltas que le doy no consigo pensar en la parte negativa de ello. Otra idea que pensé y no se llevó a cabo fue en el póker con subasta, cuando para evitar que alguien pujara por el lote de otro, ponían las tablets delante de los muslos a la vista de todos. Al final, varios terminan haciendo trampa e incluso así no se abandona esta práctica. ¿Por qué no obligar a dejar la tablet en el suelo, o cualquier otra solución que no fuera tenerla en la mano? La respuesta a esto es más sencilla, y es que es una gran fuente de engaños para provocar el caos. Demasiado facilona, en mi opinión.
VALORACIÓN
Dibujo: 5. No es una preocupación del autor y presenta lo básico para contar sus cosas. Aun así, no es del todo malo, pero se nota que no hay cuidado en ello.
Línea argumental: 6. Hay que separar la trama principal de la del desarrollo particular de cada saga. La primera es muy justita, sirviendo sólo para justificar los juegos. Cada una de las segundas es un ejercicio de virtuosismo constante.
Personajes: 6. Son esclavos de su propia función. No hay nada que saber de ellos a excepción de cómo juegan. Y es más que suficiente.
Duración: 9. Me habría gustado que la última prueba no se hubiera visto marcada por ser la prueba final. Le faltaron unos capítulos para cerrar todo como debería.
Nota para Ruff: 8.25
Si hiciera una valoración global de Liar Game como manga, es evidente que no estaría a la altura de la nota que le he puesto. Flojea tanto en tantos aspectos que no lo pone al nivel de otras obras a las que he calificado así. Pero no voy a valorarla de esa manera. Lo que Liar Game presenta no puede hacerse de una forma mejor. Cada viñeta que no estás leyendo cómo Akiyama va a darle la vuelta a la situación, o cómo Yokoya engaña a otro desgraciado, es una viñeta perdida. Se centra en lo que mejor sabe, y ahí no hay nadie como Kaitani. Estoy ansioso por que aparezca en el género algo mejor y poder comerme estas palabras, porque sería la creación del manga de ingenio definitivo. Ojalá lo pueda leer.