domingo, 9 de agosto de 2020

Testing Manga 102.6 - Hunter x Hunter - Expedición al Continente Oscuro


Testing Manga 102 - Hunter x Hunter - Introducción
Testing Manga 102.1 - Hunter x Hunter - Examen y Mansión Zoldyck
Testing Manga 102.2 - Hunter x Hunter - Coliseo del Cielo y York Shin
Testing Manga 102.3 - Hunter x Hunter - Greed Island
Testing Manga 102.4 - Hunter x Hunter - Hormigas Quimera
Testing Manga 102.5 - Hunter x Hunter - Elecciones a Presidente
Testing Manga 102.6 - Hunter x Hunter - Expedición al Continente Oscuro

En marzo de 2012, Togashi finalizaba la saga de las elecciones a presidente y cerraba con ello una etapa que había mantenido abierta desde el inicio de la serie en 1998. Una etapa que destaca por el espíritu aventurero de la serie, en la que las batallas eran habituales y, aunque paulatinamente el texto fue adquiriendo tanta carga narrativa como la imagen, las viñetas destilaban dinamismo y personalidad. No hay un comunicado oficial en el que Togashi afirme haber cambiado su visión del manga, por lo que todo lo que todo lo que estáis leyendo aquí es una apreciación personal. Sin embargo, estoy bastante convencido de su relación con la realidad, y es que el enfoque de HxH es distinto desde su regreso en junio de 2014.

Voy a ser muy tajante en esto. Hunter x Hunter tras el hiatus no es un buen manga. Tiene unos problemas narrativos gigantescos que impiden disfrutar de él como se podía hacer hasta la fecha. El texto se convierte en el protagonista muy por encima del dibujo, dejándonos algunas páginas sonrojantes en las que apenas hay un par de personajes de pie y todo lo demás son viñetas con párrafos y párrafos de pensamientos o conversaciones. Pero el mayor problema no es éste, sino el contenido de ese texto. De repente, todo el mundo en esta serie es ridículamente analítico y todos, y cuando digo todos es todos, los detalles se desgranan hasta el absurdo. Las conversaciones entre los signos zodiacales del arco anterior son diálogos de niños comparadas con las de esta saga. Se pueden contar con los dedos de una mano los personajes que se comportan de manera natural o emocional, convirtiéndose cada uno de los encuentros en batallas mentales en los que una llamada telefónica ya pone en guardia a todos los implicados. Todo el mundo desconfía de todo el mundo, todo el mundo analiza el comportamiento de los demás, y nadie se fía de nadie. Y como la gente es tan lista, la mayoría de situaciones terminan en punto muerto porque las personas que tienen que enfrentarse están obsesionadas con descubrir los poderes de los otros e interpretar sus acciones antes de actuar.

Y no se queda aquí. Togashi se ha propuesto crear una saga ambiciosa en la que introducir a decenas de personajes nuevos, todos ellos con ese pensamiento analítico mencionado y que roban viñetas de manera constante impidiendo que nada avance. Hay tantos personajes, cada uno de ellos con sus páginas de reflexión interna, y tantas tramas cruzadas que es muy difícil enterarse de todas. Y más aún cuando compruebas que muchas de ellas las protagonizan individuos que deberían tener poca importancia en el devenir de los acontecimientos, pero que no dejan de aparecer y de ocupar espacio cada pocos capítulos. Si tenemos en cuenta que en seis años han salido sólo cinco volúmenes y que llevamos sin novedades desde finales de 2018, es verdaderamente frustrante ver cómo se desperdician viñetas en este tipo de desarrollo.

Después de leer esto, puede venir alguien y soltar lo que he leído en numerosos espacios de debate en internet: "Ruff, esta etapa actual del manga es una genialidad. Lo que pasa es que como no la entiendes, no te gusta. Tienes que prestar más atención y darte cuenta que ya no es una serie de batallas, y de que requiere un esfuerzo por tu parte que parece que no estás dispuesto a hacer". No. Acepto que haya gente a la que este HxH le guste, pero la obra está mal diseñada. Tengo los tomos comprados en español, con traducción profesional, e incluso así es difícil de entender completamente. No es imposible, claro. Con varias relecturas, consultando explicaciones en foros e interpretando a tu manera algunos aspectos difusos, te puedes llegar a hacer una idea general de todo. Pero yo no quiero Hunter x Hunter así. Es aburrido y no tengo ninguna gana de esforzarme por comprender al cien por cien algo que no me interesa.

Esas personas también pueden preguntarse por qué sigo leyendo si tengo esta opinión tan negativa. Si lo hago se debe a dos razones. La primera, porque sería incapaz de dejar de seguir un manga que me ha dado tanto. Si sois habituales del blog, habréis podido comprobar que hago un seguimiento anual a todo lo que he empezado a leer en alguna ocasión, incluso series que me parecen malas y que hace tiempo que ni disfruto con ellas por mero compromiso. Así que si lo hago con éstas, cómo no voy a hacerlo con HxH. Y la segunda razón es que entre todo lo malo que he contado, Togashi no ha perdido el talento y crea de vez en cuando alguna situación con un punto de genialidad que me hace sacar una sonrisa de satisfacción cuando la leo. Nunca pierdo la esperanza de que llegado a cierto punto pueda volver a parecerse más a su anterior etapa. Sin embargo, creo que peco de ingenuo. Si el lento ritmo narrativo actual fuese constante en el desarrollo de la saga, ésta no podría finalizar de manera orgánica en menos de ocho o diez volúmenes. Y si tenemos en cuenta que la edición va a razón de menos de un tomo al año, las conclusiones son más bien negativas. Ojalá me equivoque, pero Togashi no va a tener la paciencia de seguir dibujando esto en 2030. Así que tenemos dos alternativas: la obra queda inconclusa en algún momento porque el autor no tiene ganas ni de darle un final, o cambia el enfoque y le mete un acelerón para poder concluirla aunque sea de manera forzada. Cualquier idea distinta a estas dos es de ser, por desgracia, un iluso.

SPOILERS

El inicio de la expedición no es del todo malo. Abandonamos a Gon y Killua como protagonistas de la historia para pasar a Kurapika, Ging y Leorio. O eso es lo que parecía, porque a partir de los primeros capítulos, a los dos últimos no se les vuelve a ver el pelo. Kurapika es el personaje con más presencia en este arco, pero no creo que pueda decirse que es el principal. Como había mencionado más arriba, no cesan de aparecer personajes y personajes que no dejan fluir la historia y que acaparan demasiada atención para no ser nadie. Entiendo todas y cada una de las viñetas ocupadas por los príncipes, ya que son gente importante, pero no puedo con los guardianes. Son infinitos, cada poco sale uno nuevo al que parece que hay que dedicarle toda la atención. Y si no son guardianes, son miembros de la mafia, o personal judicial, o mayordomos, o cualquier cosa que le ocurra al autor para seguir ampliando tramas en vez de desarrollar cualquiera de las que están ya abiertas.

Además, la capacidad analítica de esas personas es del más alto nivel. La culminación de esto para mí es cuando Shimano, una de las criadas de la reina Oito, y que hasta ese momento no había tenido ninguna relevancia, compara en un instante las posibles reacciones de los príncipes que han llamado a la vez por teléfono y confecciona el orden para responder que más beneficia al grupo. Cuando leí eso, ya sabía que cualquiera que apareciese en ese barco no iba a cometer un error, y por tanto, a actuar de forma instintiva. De esta manera, vemos a Kurapika estar rodeado de guardaespaldas de otros príncipes que él ya sabe que a la mínima tienen pensado traicionarle, y ellos a su vez saben que Kurapika es consciente de eso. Batallas mentales constantes en las que los participantes se anticipan de tal manera que lo único posible es seguir manteniendo la situación estable porque ninguno se atreve a dar el primer paso. Me parece un error tremendo abusar de este tipo de personajes, estando la mejor opción en el equilibrio entre actitudes. En la saga de las hormigas, los guardias de Meruem eran inteligentes, pero a la vez respondían a sus emociones. Aquí todos parecen robots. Echo de menos un Knuckle, un Ikalgo. Tipos que conmueven.

Si bien Kurapika es el personaje con más presencia, no se puede decir que él sea el protagonista del arco. Ni los príncipes, ni Beyond Netero, ni nadie con nombre y apellidos. El protagonismo recae completamente en el texto. Las habilidades nen son ahora tan complicadas que requieren de bocadillos llenos de explicaciones, las líneas argumentales se entretejen de forma tan compleja que necesitan esquemas para entenderlas, y la organización de los guardaespaldas directamente tiene páginas para ella sola. La consideración de todos los aspectos posibles en los encuentros de uno o más personajes obliga a tener que utilizar una enorme cantidad texto para que la narrativa no quede coja. Esta dinámica está patente incluso en los combates. Después de tanto tiempo, Chrollo y Hisoka por fin se van a enfrentar. Togashi decidió que ya era hora, y de una forma bastante repentina los enfrenta en el Coliseo del Cielo. La batalla era necesaria para llevar la trama de la araña al barco, así que no se andó con rodeos. Un poco decepcionante para mí que algo tan ansiado se genere de una manera tan gratuita, pero bueno. La decepción por ese detalle no fue nada comparada con la de la propia batalla. Si bien las escenas de acción son de las mejores que se pueden ver en el manga, éstas son interrumpidas constantemente para que Hisoka pueda repasar mentalmente lo que está haciendo Chrollo y así nosotros nos enteremos. Hay esquemas. Esquemas en el medio de la lucha. Frases con flechas que hacen evidente que algo no funciona. Si todo lo que pasa en tu obra requiere unos carteles explicativos, es que no estás contándola bien.

La saga me parece tan tediosa que ni disfruto de las escenas del Ryodan, que siempre habían traído violenta alegría a mis ojos. Además, contamos ya con dos miembros menos al cargarse Hisoka a Shalnark y Kortopi en apenas dos páginas. Sabemos que Hisoka es de los tipos más poderosos de la serie, pero me resulta un poco triste que no veamos a sus dos víctimas presentar aunque sea un poco de resistencia. Son asesinados, sí, pero todos sabemos que en los mangas los fuertes presienten estas cosas. Y los miembros de la araña lo son. En su lugar tenemos ahora a Illumi, que supongo que no tardará en traicionarles por la razón que sea. Junto a Kalluto, al final el Ryodan será engullido por los Zoldyck. Hablando de la fuerza de Hisoka, podemos asumir que es prácticamente inmortal. No sólo por volver de la muerte, sino porque remplaza sus miembros y su piel destrozada por puro aura y aquí no ha pasado nada. ¿Si entra en Zetsu se queda sin pierna y dedos y se muestra su cara quemada? Es curioso que todo lo relacionado con la araña en el barco sea porque le buscan allí y aún no sabemos ni siquiera si es verdad que va a bordo.

Termino con un suceso que me ha encantado, y es el de las habilidades nen de las príncipes Fugetsu y Kacho. Para nada es casualidad que se traten de los pocos personajes que actúan teniendo en cuenta sus sentimientos. Su plan de huida no pudo culminarse y Kacho tuvo que sacrificarse para salvar a su hermana. Fugetsu, que nunca se perdonaría la muerte de Kacho, no tiene que hacerlo. El poder de la bestia nen de la ceremonia dirigida hacia una matanza entre hermanos sobrepasó ese carácter bélico para brindarles a ambas una habilidad fundamentada en el amor. Fugetsu no estará sola nunca más aunque no sea la verdadera Kacho quien se encuentre junto a ella.


Valoración de la etapa:

Floja

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