Testing Manga 26 - Shingeki no Kyojin - 29 de diciembre de 2013
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La titanada está completamente enfocada en su resolución y ya casi no hay lugar a la especulación. Todo lo acontecido este 2020 ha estado orientado a su conclusión, eligiendo qué personajes y cómo estarán presentes en el final de esta historia. El año pasado os conté que no estaba muy de acuerdo con las decisiones de Isayama respecto a los poderes de Eren, y éste no ha mejorado mucho la cosa. Sin embargo, creo que he sido capaz de dejar un poco a un lado ese mosqueo y disfrutar de todo lo bueno que nos han dado esos doce meses y sus doce capítulos. El autor está dominando perfectamente los tiempos y me extrañaría mucho por ello que el manga llegara a 2022. Sobre la mesa están las herramientas ideales para cerrar Shingeki no Kyojin de la manera que merece.
Además, este diciembre se ha estrenado la cuarta temporada del anime, que viene con el subtítulo de temporada final. ¿Podríamos llegar a ver la conclusión de ambas series a la vez? Sería fantástico, aunque dudo que a ambas partes les interese, además de que la temporada saldría realmente larga, si la hacen bien. De eso último no me quedan dudas, ya que la producción ha pasado a manos de MAPPA, uno de los estudios más en forma del momento. Pero no sería raro que quisieran guardarse el boom del final y lo pasaran al formato película. No me gustaría nada una decisión así, pero a Kimetsu no Yaiba no le ha ido mal el salto al cine.
SPOILERS
Es difícil entender lo que está pensando Eren. Ser testigo del pasado, el presente y el futuro hace que vea los acontecimientos de una manera totalmente distinta a todos los demás, incluidos los lectores. Todos sus actos los comete sabiendo las consecuencias, por lo que no deja nada al azar. Eren está eligiendo un futuro. ¿Por qué entonces no confiamos en él, y pensamos que está llevándonos al mejor final, hacia la mejor opción posible? Bueno, creo que la razón es evidente. Eren ha escogido el camino del genocidio. Todos tenemos claro que matar inocentes no está bien. Pero, ¿y si todos los demás futuros que Eren vio llegaban en algún momento a la destrucción de Paradise? ¿Y si de verdad es la única manera de que su gente sobreviva? Me inclino mucho a pensar en esta última opción. Eren sólo tuvo dos caminos: el retumbar o la eutanasia. Y no es tan fácil elegir que tu pueblo muera cuando en tu mano tienes la victoria, por muy dura que sea de asimilar. De hecho, es tan dura que ha dejado a Armin y compañía una pequeña oportunidad de detenerle. Al final, Eren no se ha atrevido a elegir.
El mismo dilema lo tiene el grupo de Armin, con Jean como máximo exponente. Jean sabe que si no intervienen, la supervivencia de Paradise está asegurada. Manteniéndose como uno de los cabecillas del grupo jaegerista, tendría una vida tranquila, con cierto lujo y muchísimo mejor que la que tendría intentando detener a Eren, en la que sería muy fácil que muriera en el camino. Sin embargo, no es capaz de dejar su conciencia limpia y decide unirse a los rebeldes con todas las dudas del mundo. Jean se dirige, literalmente, a luchar por hacer que su vida y la de aquellos a los que ama sea peor. Todo por un ideal. Pensar en qué haríamos nosotros si fuéramos Jean o Eren me parece un dilema moral interesantísimo en el que yo daría una respuesta u otra dependiendo de cómo me sienta ese día.
Nos encontramos con uno de los momentos más satisfactorios dentro de un manga shonen cuando el grupo de Paradise se une al grupo de Marley. Pocas cosas me podrían hacer más ilusión que la unión a nuestro bando de Pieck y Annie. Hablando de Annie, hay una viñeta cuando ella y Armin se encuentran en la que sale ella inflándose a tarta que es puro amor. Volviendo a lo del mega grupo de rescate, es tan reconfortante como cliché. Se arregla un poco cuando Yelena se pone a repasar las acciones de unos y otros y los rencores salen a relucir, dotando de una dosis de realidad a la unión de unas personas que se han hecho tanto daño entre sí. A la gente de Marley le viene muy bien ese idealismo por el que los de Paradise están moviéndose, así que los roces que hayan podido haber son fácilmente olvidados. O así era hasta que confirman que el retumbar ya ha pasado por Liberio y que la familia de Reiner, Annie o Falco están muertas. Luego descubrimos que han conseguido huir, sí, pero ellos no lo saben. Es ahora cuando Reiner, Pieck y Magath se unen a esa lucha por un ideal que tienen Armin y el resto. Ya no tienen nada por lo que luchar, nada que salvar. Lo van a hacer porque... creen que es lo correcto. Excepto Annie. Sin algo que proteger, no encuentra fuerzas para seguir.
En esta recta final ya nos vamos encontrando con muertes de las que duelen. El sacrificio de Hange puede afectarnos más (se había librado ya unas cuantas veces, le tocaba), pero también me han calado hondo el de Magath y Shadis. Magath es un buen personaje, un enemigo gris al que no se le puede achacar que de repente se haya vuelto sensible. Desde sus primeras apariciones ha tenido tacto con los aspirantes a guerrero, y con este gesto ha podido redimirse de lo que les ha hecho sufrir. Shadis tiene un perfil más bajo en la historia, pero el flashback en el que conoce a Grisha y reflexiona sobre la gente especial es uno de mis momentos favoritos de la serie. Logró hacerme conectar con él, y por ello me he alegrado mucho del digno final que ha tenido. También muere Floch, un curioso personaje que salió de la nada para ser un constante grano en el culo. Aunque, si lo piensas, no era más que un seguidor de Eren. Algo fanático, pero quería el bien para Paradise. Da igual, le vamos a seguir odiando.
Eren ha eliminado la opción de conversar con él y ha obligado a la resistencia a matarle. Armin, ahora comandante de las fuerzas de exploración, Connie, Mikasa y Jean van a tirar por tierra todo en lo que creyeron alguna vez para no conseguir nada. Cuando decidieron enfrentarse a Paradise y matar a quienes fueron sus compañeros, al menos pensaban que iban a salvar a su amigo. Ahora ya no hay nada. Connie pudo haber salvado a su madre haciendo que se comiera a Falco, y no sólo no lo hizo, sino que ahora sabe que si su plan tiene éxito, ella morirá. Todos tienen una batalla contra la nada. A excepción de Levi, que sólo quiere cargarse al barbudo.
Y así llegamos a la batalla final. No me gusta nada este poder tan shonen de Eren de replicar a los antiguos titanes shifters, pero tampoco tengo claro si es cosa suya o de Ymir. ¿Por qué la conciencia de la fundadora se mete ahora en esto? Me cuadra que esté alineada con el pensamiento de Eren, pero no acabo de ver qué aporta. Pero menos me gusta lo de que el titán mandíbulas de Falco sea medio pájaro. Justo antes de revelar que Falco se había visto volando, él y Gabi mantienen una conversación con Annie sobre que el titán mujer puede transformarse en aquello que come y que por ello le habían hecho ingerir cosas extrañas. ¿Por qué nunca se mencionó eso? ¿Y por qué esa revelación nos lleva a que Falco vuele? ¿Qué tiene que ver? ¿Hará gala Annie de esos poderes? Nos leemos en unos meses para hablar del final de esto, aunque no quiero irme sin hacer mención a que Isayama dibujó un titán basado en Saul Goodman, el abogado de Breaking Bad. ¿Acabará Shingeki no Kyojin tan satisfactoriamente como la historia de Walter White y Jesse Pinkman?
Shingeki no Kyojin en el último año
Se mantiene
Nota para Ruff: 9.25